«No había visto nunca ningún tipo de arte de un niño convertido en tatuajes».
Estas fueron las palabras de Keith Anderson, un papá canadiense que – abrumado por la forma en que su hijo Kai crecía e iba quemando etapas de su vida – ideó una particular forma de detener el tiempo.
Desde que su hijo cumplió los 4 años decidió revestir su cuerpo con tatuajes de los dibujos que éste hacía.
Una forma de detener el tiempo, un diario de piel, que como las arrugas, dejan constancia de los momentos vividos.
Fotografías : Chance Faulkner
chancefanlknerphotography.com
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Mamá, no sientas nunca la necesidad de hacerte uno con mis horrendos dibujos de chica, aunque se me ocurre uno de mi hermana….jjjj😈😈😈😈
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Suavemente, con la yema de los dedos,recorreremos el camino de nuestras arrugas,… Y,tímidamente sonreiremos recordando el motivo de su existencia.
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Ayyyy….quiero que todas mis arrugas sean de felicidad y todas mis cicatrices como la que me hizo mi amiga Censi en la muñeca, que hasta me gusta verla.
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wow que Interesante, y esas fotos bellas ❤
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Sí, las fotos son preciosas, como las tuyas. Me estoy aficionando ahora. Espero puedas darme algún consejo.
Besos
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¡Qué dolor!
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Síiiiii…por eso yo solo tengo uno minúsculo
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No pienso preguntar
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No lo hagas
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Bonita historia pero yo prefiero seguir colgandolos en la nevera con sus imanes
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Jeje muuuuucho más práctico sin duda. 😘
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Muy tierno.
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Sí. Me pareció súper dulce al leer la entrevista
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No sé….mejor conservar los originales
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Mejor, mejor…😘😘
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Me gusta mucho esta historia, soy fan de los tatuajes y los que los tenemos siempre tendemos a dotarles de significado, el caso de este padre es espectacular. Me ha encantado!
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La verdad es que siempre me han gustado, siempre y cuando tengan un sentido importante.
Un besazo Juanan, con ganas de pasarme por tu blog
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Un emotivo homenaje … creo. No estoy seguro acerca de los tatuajes.
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Vamos a hacernos uno M-R!
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Su belleza y mis … años? [grin]
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a perfect combination
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🙂
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😉
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Lo bueno que fue en su piel y no en la de su bebe.
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Eso….eso es muy macabro jjj
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No me agradan los tatuajes; creo que la infancia de los hijos se puede recordar de otra manera.
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Creo que por aquí te secunda la mayoría Stella.
Un besazo
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Imaginativo, muy sentido, pero algo perverso, redalmados.
Quizás las arrugas sea lo mismo, un tatuaje, no tan perfecto pero válido.
Curiosa y sin embargo bella hostoria.
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Perverso por qué? Es dulce.
Un besazo
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me parece muy original y, aunque yo no lo haría no lo critico por eso. Me acostumbré a no juzgar y eso me parece de lo más saludable. Me gusta la foto de Keith de frente (¡vivan los hombres con barba!); se lo ve muy sereno y confiado. Entonces digo que no lo hizo mal, por el contrario.
Cariños.
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Vaya…eso quiere decir que se te acabaron las cuchillas de afeitar en el viaje…jjjj
Cariños
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Mmmm. a mí los tatuajes no me gustan mucho, más que nada porque lo permanente no siempre lo es. ¡Anda que si el niño en cuestión se hubiera llamado Goya! lo hubiera tenido difícil para tatuarse tan prolífica obra. 😉
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Ummm pues a mi me acabas de grabar esa frase «lo permanente no siempre lo es». Totalmente cierto
Un abrazo
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