18 comentarios

  1. La vida sin amor no tiene sentido…es por eso que aunque a veces las personas nos decepcionen seguimos intentando…buena entrada, saludos desde Colima

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    • Hola Alma Esther. Totalmente cierto lo que dices, el amor es lo que da mayor sentido a nuestras vidas.
      Busqué Colima cuando leí tu comentario y me encantó leer esto : «lugar donde domina el dios viejo o el dios de fuego», me pareció una descripción preciosa.
      Bienvenida y un abrazo fuerte desde Andalucía.

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      • Abrazo recibido …me alegra mucho que te haya gustado la frase que describe Colima…feliz noche para ti, aquí aun faltan horas para que nos cubra el manto estrellado…

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  2. Lo que vale, lo único realmente importante, es lo que dices al final de la entrada: «seguimos intentándolo». Creo que sin esa esperanza nuestras vidas serían infinitamente más pobres.
    Cariños (x dos).

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  3. La vorágine de la sociedad en la que vivimos… Que más parece una jungla… Que más parece un planeta de zombis… Hace que nos alejemos de nuestra más profunda esencia. El Amor, bien entendido es el motor que debería mover a este mundo. Esta impreso en cada una de nuestras Almas y es lógico y natural que de manera constante, aunque, incluso de manera inconsciente, este sentimiento quiera volar. Una y otra vez necesitamos dar aquello de lo que estamos hechos, Amor. Un beso Laura.

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    • Parece que no hay tiempo para lo más importante, lo que debería movernos… a veces casi parece signo de debilidad mostrar nuestros sentimientos aunque para mí , eso es todo lo contrario, una virtud que no todo el mundo es capaz de mostrar.
      Un beso Félix.

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      • Lo contrario al Amor es el miedo. Este no nace, mucho menos crece si su semilla cae en el pozo oscuro del miedo.
        Después de muchos km conduciendo, llegue a un precioso pueblo y decidí pararme a tomar algo. Estaba casi desierto, solo había un pequeño bar o taberna. Al bajar del coche observe como tres perros me miraban a una distancia de unos 20 m. Según me dirigía hacia el bar, me di cuenta que el cordón de mi zapato se había desatado. Me agache para atarlo e Instintivamente los tres perros salieron corriendo como alma que lleva el diablo. Yo no les hice nada y aullaban, lloraban.
        Esta situación me dejo pensando…
        Mientras me tomaba el café, le comentaba a un vecino de la localidad, la extraña manera de reaccionar de los perros.
        La respuesta que me dio fue la clave al enigma, además de un claro ejemplo de cómo reaccionamos los seres humanos.
        Los perros Vivian atemorizados, no tenían dueño, solo eran del pueblo, sin embargo molestaban con sus ladridos y la gente les apedreaba cada dos por tres.
        Entonces fui consciente de lo que sucedía.
        Cada vez que alguien les agredía, antes se agachaban a coger una piedra y ellos asociaban este movimiento al consiguiente castigo. Cuando yo me agaché a atar mi cordón pensaron que cogía otra piedra.
        A nosotros suele pasarnos igual. Cuando nos han lastimado pensamos que todo el mundo lo hará y salimos huyendo, sin pararnos a pensar que no todo el mundo es igual y el hecho de ser un extraño en su vida, en su pueblo, no significa que sea uno más de los que anteriormente te apedrearon. Confiar entraña riesgos, sin duda, pero nada cae del cielo como la lluvia, pues hasta esta, debe antes acumularse en nubes y esperar que un cambio en la presión atmosférica haga precipitarse a tierra cada gota. Arriesgar es vivir, es conocer, es ni más ni menos que sentirte vivo y sobre todo saber que formas parte de un entorno que debes dominar y controlar, no al contario. Un beso Laura.

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      • Me alegra mucho, pero debo decirte algo. No es merito mío. Mis historias forman parte de ese baúl de recuerdos empolvados y que generalmente suelen ser soplados por alguien. En este caso has sido tú. Quiero decir, que tu eres quien suscita y me ayuda a encontrar ese viejo libro que olvidé hace tiempo, con páginas desgastadas donde apenas se reconocen sus palabras, pero cuya experiencia sigue viva en mi.
        Pero es algo que no dejaré guardado, pues en ellos reconozco la necesidad de ser compartidos con tod@s aquellos que puedan necesitarlo.
        Es por tanto mi obligación pedirte hoy, que me permitas agradecerte que tú soplaras y desempolvaras aquello que seguramente necesitabas.
        Me encantaria poder decirte y contarte miles de cosas mas, pero lo haré solo cuando sienta que así lo solicitas, que lo deseas.
        Mientras tanto esperaré aqui, sentado en el banco desde donde observo con verdadera atención los primeros ejercicios de tus alas, porque palabra a palabra, ya sea una frase escueta, escondida, sincera, llana o muerta de miedo, sera una hermosa pluma, que te permitírá volar. Un beso muy cariñoso Laura.

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